Carta desde Serenitatis: Fracturas antiguas entre Posidonius y Chacornac
Cráteres deformados y vestigios volcánicos en el noreste lunar
Posidonius, con su forma casi ovalada y su interior surcado por grietas, es mucho más que un cráter. Su apariencia asimétrica y las fracturas internas insinúan una historia de actividad volcánica posterior al impacto que lo originó. En noches como esta, cuando el Sol lunar roza apenas el terminador, se pueden distinguir domos y surcos que sugieren un pasado dinámico bajo su superficie.
Justo al sur se encuentra Chacornac, un cráter con paredes deformadas y un piso irregular que lo convierten en uno de los más extraños de la región. Su conexión visual y geológica con Posidonius permite contemplar una historia compartida de actividad tectónica y posible intrusión de magma. Son, en conjunto, un testimonio de que la Luna, aunque hoy inerte, estuvo alguna vez viva por dentro.
Más al este, Rima G. Bond es una línea aún más delgada y sutil, difícil de captar incluso con buena óptica. Sin embargo, su mera presencia añade profundidad al mapa tectónico del Mare Tranquillitatis, demostrando que este “mar” no siempre fue tranquilo.