En esta imagen del sol, podemos apreciar una vista
tranquila del astro rey en este fin de semana. Según los expertos de la
Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en
inglés), la actividad solar se encuentra en un estado de baja actividad debido
a la descomposición de múltiples manchas solares, lo que significa que no
representan una amenaza para las erupciones solares fuertes. De hecho, los
pronosticadores de la NOAA informan que la probabilidad de llamaradas solares
de clase M o X no supera el 1%.
Después de las extraordinarias auroras que tuvieron lugar los días 23 y 24 de marzo, las cuales se extendieron hasta latitudes de 30º en medio de una tormenta geomagnética de categoría G4 -la más intensa en casi 6 años-, así como la aparición de una llamarada solar de clase X procedente de la mancha solar AR3256 el 29 de marzo, la séptima de este año (el mismo número que se registró en todo 2022), parece que el Ciclo Solar 25 se está intensificando rápidamente. Si esta tendencia continúa, es posible que tengamos cerca de 30 brotes X para fines de 2023, lo que supondría una actividad mayor en un orden de magnitud en comparación con solo dos años atrás. Los pronósticos oficiales indican que el Máximo Solar llegará en 2024 o 2025, por lo que hay tiempo suficiente para que la intensidad del ciclo solar siga aumentando. Durante el fin de semana, se han detectado varias eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) que sugieren que el lado oculto del sol está actualmente más activo que el lado que se encuentra frente a la Tierra, se prevé que la fuente de estas explosiones se orientará hacia nuestro planeta en los próximos 10 días aproximadamente