10 de noviembre de 2025

Mare Crisium y el Mito del Puente de O'Neill: Pareidolia y Geología en el Borde Lunar

 Durante la Luna Menguante el relieve lunar se destaca por la acentuación de sombras y contrastes en la zona del terminador.En la imagen analizada, la prominencia del Mare Crisium es notable: se observa como una amplia planicie de tonos oscuros con bordes abruptos, delimitada por paredes montañosas y acompañada de otras formaciones relevantes de la región noreste lunar.

La topografía que bordea el mare proyecta largas sombras y permite apreciar detalles de la elevación de sus paredes.

Dorsas (wrinkle ridges): Alrededor y dentro de Mare Crisium pueden observarse suaves crestas onduladas, resultado de la contracción y plegamiento de la corteza tras la solidificación de los basaltos, visibles por el juego de luces y sombras en esta fase iluminada lateralmente, como la Dorsa Oppel.Se formó debido a la acumulación de lava basaltica que inundó la cuenca de Mare Crisium tras el impacto que creó el mar. Cuando la lava se enfrió, la contracción térmica y la presión gravitatoria causaron la compresión de la superficie, provocando plegamientos y fallas que emergen como crestas arrugadas. Presenta una morfología sinuosa y baja, extendiéndose a lo largo de decenas a cientos de kilómetros y alcanzando alturas generalmente entre 100 y 300 metros sobre la superficie del mare.

El borde montañoso occidental del Mare Crisium se extienden conforme el Sol baja en el horizonte menos en las proximidades del cráter fantasma Yerkes, de paredes casi invisibles salvo en estas condiciones de iluminación.

La pareidolia conocida como el "Puente de O'Neill" es una ilusión óptica que se observa en la región del Mare Crisium, específicamente entre dos pequeñas cordilleras paralelas llamadas Promontorium Olivium (oeste) y Promontorium Lavinium (este), situadas cerca del cráter Proclus P. Esta formación fue notada por primera vez en 1953 por el aficionado John O'Neill. 



Un artículo de Patrick Moore publicado el 30 de junio de 1954 en VEGA (una revista editada por el aficionado británico Richard Baum) relata con más detalle las observaciones previas de Wilkins. El propio Moore fue incapaz de observar nada que pudiera atribuirse inequívocamente a un puente.

8 de noviembre de 2025

AR4274: Magnetismo Solar Extremo y Auroras Inesperadas en la Tierra

 La observación solar reciente destaca una fuerte dinámica y actividad en la región activa AR4274, un enorme y complejo grupo de manchas solares que está generando intensas llamaradas y eyecciones de masa coronal casi a diario, con impacto directo en nuestro planeta durante noviembre de 2025.


Observar la región activa AR4274 ofrece un ejemplo fascinante de cómo las complejidades del magnetismo solar pueden desencadenar fenómenos extremos con efectos tangibles en nuestro entorno. Este grupo de manchas solares desafía los patrones normales del campo magnético, rompiendo la tradicional Ley de Hale, y revela una configuración donde los polos magnéticos están rotados, aumentando la inestabilidad y la energía disponible para erupciones violentas.

La imagen adjunta muestra claramente la distribución caótica y retorcida de los polos magnéticos dentro de AR4274, donde los signos "+" y "-" no siguen la tradicional Ley de Hale —que dicta que el polo negativo debe estar a la izquierda y el positivo a la derecha—, sino que están rotados 90°, con el positivo arriba y el negativo abajo, lo que rompe el patrón habitual y contribuye a la inestabilidad magnética de la región.

La región está clasificada como Beta-Gamma-Delta, lo que indica alta capacidad para producir llamaradas intensas y CME.

31 de octubre de 2025

Observando a Júpiter: su rotación, satélites y posición en el cielo nocturno

 

Júpiter se encuentra actualmente en la constelación de Géminis y domina la segunda mitad de la noche. A comienzos del mes aparece avanzada la madrugada, elevándose sobre el horizonte oriental en plena oscuridad, mientras que hacia finales ya asoma durante las últimas horas de la noche cerrada. Su culminación tiene lugar al amanecer o poco después, cuando alcanza su máxima altura en el cielo. Este comportamiento se debe a su posición relativa respecto a la Tierra y el Sol: Júpiter se halla ahora en una fase próxima a la cuadratura occidental, es decir, forma aproximadamente un ángulo recto con el Sol visto desde la Tierra. Por ello, se observa mejor en la segunda parte de la noche, cuando el planeta se encuentra alto en el cielo y alejado del resplandor solar, ofreciendo un brillo intenso y una visión óptima de sus detalles atmosféricos y satélites.

En esta secuencia se aprecia la rotación de Júpiter junto al desplazamiento de la Gran Mancha Roja y el movimiento de sus satélites Io y Europa. Io se sitúa por delante del disco planetario, mientras que Europa transita por detrás. En el caso de Io, puede observarse incluso la sombra proyectada de su disco sobre el planeta, situada bastante por delante del propio satélite debido a la posición relativa del Sol, ubicado a la izquierda de la imagen. En cambio, Europa, que avanza por detrás del planeta, desaparece en la tercera toma al sumergirse en el cono de sombra de Júpiter, el cual se extiende hacia la derecha de la escena.



22 de julio de 2025

La X Lunar: Una joya efímera en el terminador


 Características del fenómeno

La X Lunar es uno de los efectos ópticos más fascinantes y buscados por los aficionados a la astronomía. A diferencia de otras formaciones lunares permanentes, la X Lunar es un fenómeno transitorio: se trata de la aparición de una brillante "X" que parece flotar en la penumbra junto al terminador, la línea que separa la zona iluminada de la zona en sombra de la Luna.

¿Cómo se forma?

La X Lunar es resultado de un juego de luces y sombras provocado cuando la luz del Sol incide sobre los bordes elevados de varios cráteres—principalmente Blanchinus, La Caille y Purbach—mientras sus fondos permanecen todavía sumidos en la oscuridad.
Este fenómeno solo es visible durante unas pocas horas antes o después del cuarto creciente, ya que la inclinación del Sol sobre la superficie lunar debe ser la adecuada para que las paredes de los cráteres proyecten las sombras precisas.
No es una formación física, sino un efecto efímero, observable una vez por lunación, y que suele durar aproximadamente cuatro horas.

Situación en el relieve lunar

La X Lunar aparece al sur del ecuador lunar, en una de las regiones más rugosas y quebradas—las tierras altas del sur de la Luna.
La “X” emerge cerca del cráter Werner, formada por la conjunción de los bordes iluminados de Blanchinus, La Caille y Purbach, y, en menor medida, Regiomontanus.
Durante su máxima visibilidad, la X se encuentra justo en el terminador, marcando el límite entre la noche y el día lunar y destacando con gran brillo contra el fondo aún oscuro.
En la imagen, además de la X Lunar, se identifican otros cráteres relevantes como Werner y Playfair, esenciales para localizar la región donde ocurre el fenómeno.

Observación y disfrute

La X Lunar es fácilmente visible con telescopios pequeños y binoculares de moderado aumento (al menos 15x) siempre que el cielo esté despejado.
Para una experiencia óptima, conviene observar en los momentos en que la “X” empieza a formarse, disfrutando de cómo va emergiendo de las sombras y apreciando el relieve lunar con el máximo contraste.

Nota sobre la fotografía

Esta imagen fue capturada justo al comenzar la aparición de la X Lunar durante la última lunación, documentando el instante en que la luz solar empieza a rozar las cumbres de los cráteres, preludio del espectáculo óptico que solo puede contemplarse unas pocas horas al mes. Es un instante fugaz, perfectamente representado en la fotografía, y un recordatorio de la belleza dinámica y cambiante de nuestro satélite natural.

Equipo utilizado:

Celestron C8-A XLT, cámara Player One Mars-C, filtro UV/IR Cut.
Procesado con AutoStakkert, AstroSurface y Photoshop.

¡No dejes pasar la próxima oportunidad de observar y fotografiar este fenómeno único!

18 de julio de 2025

Crónica Lunar: Mons Hadley, Aristillus y Autolycus bajo el cielo de Tenerife

 Una de las satisfacciones más grandes de la astronomía amateur es capturar y compartir imágenes que revelan la riqueza de detalles en la superficie lunar. La fotografía presentada, tomada el 2 de julio de 2025 desde La Orotava, Tenerife, es un claro ejemplo de cómo la tecnología actual permite observar formaciones con gran definición y estética.


Detalles técnicos
Fecha y hora: 2 de julio de 2025, 22:36 UTC
Equipo: Celestron C8-A XLT y cámara Player One MARS-C
Procesado: 6470 cuadros con AutoStakkert, AstroSurface y Photoshop

Regiones y formaciones destacadas
En la imagen se aprecian diversas estructuras emblemáticas del lunar:
Mons Hadley: Montaña situada en el límite norte de los Apeninos lunares, famosa por ser el lugar de alunizaje del Apollo 15. Este relieve domina el paisaje cercano al Mare Imbrium y su silueta es claramente visible en noches con buena iluminación.
Aristillus: Este cráter monumental forma una pareja llamativa con Autolycus, ambos al norte del Mare Serenitatis. Aristillus destaca por su forma circular, laderas escarpadas, paredes en terrazas y un sistema de rayos brillantes que parten del centro. En su interior se alzan tres montañas centrales de unos 900 metros de altura. Según la descripción de Elger (1895), “su complejo muro, con terrazas en el interior y contrafuertes, espolones radiantes y gargantas al exterior, forma un grandioso objeto telescópico bajo un sol bajo en una buena noche. La montaña central masiva, coronada por varios picos, ocupa una área considerable del suelo y exhibe un contorno digitado en la base”.
Autolycus: Este cráter, al oeste de Archimedes y al sureste de Aristillus, completa el triángulo de grandes formaciones junto a Archimedes y Aristillus. Su forma circular, laderas pronunciadas y suelos tormentosos con una montaña central son atributos notables. Elger lo describe así: “Un anillo de 23 millas de diámetro, bastante desviado de la circularidad. El suelo contiene una montaña central poco llamativa y está deprimido unos 1200 metros respecto a la región circundante. El muro presenta terrazas en el interior y un cráter justo debajo de la cresta en el lado oeste”.
Montes Caucasus: Cordillera montañosa que forma un límite natural en la zona noreste de la imagen.
Cassini y otros mares: El cráter Cassini, junto con los mares Vaporum y Serenitatis, así como Lacus Odii, completan el escenario de esta composición, resaltando la riqueza geológica de la región.

Reflexión final
La imagen es una invitación a detenerse en la belleza y complejidad de nuestro satélite natural. Cada cráter y montaña alberga historias de impactos, erupciones y exploración espacial. Desde el Mons Hadley, testigo del paso humano, hasta los colosales cráteres Aristillus y Autolycus, la Luna nos recuerda que todavía guarda muchos secretos bajo su superficie plenamente observable desde la Tierra.